El navio

sábado, 3 de marzo de 2012

Boina y honor



Que prenda esta tan entrañable y querida para cualquier persona que tenga, o haya tenido, un estrecho lazo de unión con el hoy tan denostado mundo rural. Prenda única para cubrir la cabeza que daría para escribir algo más que una tesis doctoral. El culmen de la elegancia sencilla y tradicional: LA BOINA!.

Tristemente, en nuestros días, la boina es asociada al “paleto” por muchos chicos de ciudad (¡Madre mía! Si yo contara la de “paletos” que pueblan las grandes ciudades), esos mismos chicos que se creen más guapos, más listos y más “working class”, por lucir sus chapitas en una ordinaria “Scally cap”, que aquel abuelo con boina sentado en el parque y con las manos encalladas de destrozar terrones en los barbechos, para alimentar ocho bocas a base de zacho.

¡Que sabrán estos malditos “snobs” modernos!

La boina, es mucho más que una prenda de vestir, es un verdadero símbolo cargado de identidad, de una “España profunda” que algunos nunca supieron ni sabrán ver. Una sola cultura, propia y autentica, escondida bajo su forro. Únicamente, el rabillo erguido que la corona, es en si mismo una idea de pura de rebelión, de afrenta valiente y directa contra todo aquello, que en tiempos tan necios, se nos quiere imponer.

La boina es sabiduría, pasado, presente, y quizás… ¿futuro? (…esto se me escapa de las manos, pero si llego algún día a peinar canas sin duda le rendiré mi tributo como skin rural que soy). Pero si hay algo cierto, es que en ella se han sudado todos los sacrificios y pesares de la gente que lucho y que trabajo por esta tierra; la boina, a través de la historia, se nos antoja como el más fiel reflejo de un solo pueblo, del conocimiento autóctono de aquellos paisanos que nunca se separaron de sus raíces (esas que echaremos de menos cuando nos hayamos convertido todos en unos seres autómatas sin apego a nada ni nadie).

CURIOSIDADES:

En Europa, la boina ya esta documentada desde nuestra Edad Media, pero fue el propio Zumalacárregui, en 1833, el responsable directo de afianzarla en España.
Al “Tío Tomás” (que es como gustaban de llamar al general carlista), que estaba al mando de los batallones de Navarra (y que carecían de uniforme), a puertas de poner en practica la guerra de guerrillas que se llevaría a cabo en la Primera Guerra Carlista, se le ocurrió una sencilla estrategia para que sus hombres se camuflasen entre la población civil cuando no fuera necesario el combate: solo tendrían que quitarse la boina! Aprovechando que la gran mayoría de estos soldados ya la tenían en propiedad decidió que esta sería su única insignia. Fue este su austero y versátil uniforme que les protegería de la fuertes heladas, de la lluvia, y que gracias a su forma achaparrada les ayudaría a ocultarse entre los matorrales. También les sirvió la boina a estos hombres de nuestra historia como medida volumétrica: tantos soldados tienes en tu compañía, tantas boinas de garbanzos, patatas o harina te son adjudicadas para tu tropa.
Si quieres saber algo más sobre la boina acude a la “guarripedia” o busca por tu cuenta!

*Esta entrada para el blog se me ocurrió mientras traducía la letra de la vieja canción de los Dropkick Murphys “Cap & Bottles”. En un momento de cabreo, de esos que me cojo cuando se me queda atravesada la traducción, pensé: “¡A la mierda! ¿A quien cojones le interesa una canción que habla de “scally caps” y de borrachos irlandeses cuando aquí tenemos a nuestra bonita boina y a unos grandes bebedores de vino que son nuestros mayores?”
Pero para que veáis que no soy una rata tan malintencionada aquí os dejo también con el poquito que traduje de estos grandes del celtic-punk o como coño queráis llamarlo…a chuparla! ¡DIOS SALVE A LA BOINA!

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