El navio

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Hombres libres, votad a Leónidas




A esta campaña le faltan héroes. Los dos principales contrincantes no dan la talla. Rajoy ha perdido las dos elecciones generales anteriores y la crisis va a ganarle la tercera; Rubalcaba ha formado parte durante ocho años del Gobierno que ocultó y luego mal gestionó el desastre. Con ese currículo, ninguno de los dos formaría parte del elenco de un relato épico, tipo Iliada u Odisea, ni siquiera como aguador secundario. Internet necesita sus ídolos. Por eso han obviado a los candidatos y espontáneamente han elegido como sus estrellas a los guerreros de la batalla de las Termópilas.

Leónidas, el rey de Esparta que salió en socorro de Atenas para frenar a las temibles tropas de Jerjes, el monarca persa empeñado en volver a invadir Grecia, ha sido elevado a los altares de la popularidad en Twitter. Ha bastado que TVE programara la película, basada en la hazaña de los 300 guerreros espartanos que lograron contener al enorme ejército persa, para que los internautas le concedieran su favor.
La aburrida caravana electoral ha despertado por contraste el apetito por los supertitanes. Máxime cuando muchos suscriben la teoría de que la historia es cíclica y ven en la actual situación europea un paralelismo evidente con el de la época clásica. “La historia se repite 2000 años después: primero cayó Grecia, después cayó Roma, y todos sucumbieron ante el empuje de las tribus germánicas”. "Si Leónidas supiera que venían los Papandreu creo que no se hubiera molestado".

Ahora se ve a Leónidas combatiendo a los mercados, unos mercados que han depuesto al griego Papandreu y al romano Berlusconi, aplastando la voluntad de las urnas como las tropas de inmortales y melóferos del ejército aqueménida saquearon sin piedad a la bella y democrática Atenas.


Rubalcaba en el 'mitin express' de Sigueiro / PSOE
Los mercados también han vencido a Leónidas. Y los que reclaman nuestro voto para el día 20 lo celebran sin tapujos. Cada uno, eso sí, según su bando. El Gobierno y el PSOE ven con alivio la marcha de Berlusconi, el sátiro mafioso de la derecha. El PP saluda la caída del socialista despilfarrador Papandreu. Que se sepa, a ninguno de sus sucesores –Lucas Papademos y Mario Monti- les ha votado nadie, aunque cuenten con el favor de Goldman Sachs, que tanto hizo por falsificar las cuentas griegas para su entrada en el euro. Pero si hasta los propios mercados ignoran a sus nuevos dirigentes títeres y dejan caer las Bolsas. Dado que España está la siguiente en la lista de países rescatables, ¿por qué no nos ahorramos las elecciones del 20N y solventamos el trámite encargando a Standard & Poor’s que elija al sucesor de Zapatero?

Nuestra democracia se ha vuelto pequeña y estrecha de miras. Los políticos temen los referéndums, no se fían de las encuestas aunque les den como ganadores, y prefieren los micromítines a los actos multitudinarios. Tratan de ocultar que nos gobiernan otros, los acreedores de la deuda soberana, y que ellos son solo los cobradores del Frac. Hasta que llegue un nuevo Leónidas con su proclama y nos saque del bostezo al grito de: “El mundo sabrá que unos hombres libres se enfrentaron a un tirano, que unos pocos se enfrentaron a muchos”.

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