Queridos amig@s, os dejamos un artículo que nos ha gustado mucho de uno de los mejores blogs que hay en este país. Sin nada más que decir, a leer y a prácticar las enseñanzas de hoy.
Toda vida auténticamente militante necesita forzosamente una parte de ascetismo y de penitencia. Hay que matar en nosotros eso del "hombre rancio". Aquel que no sabe privarse de lo lícito por ensayo, no sabrá despojarse de lo ilícito cuando sea necesario. Se trata de estar preparando para las grandes cosas teniendo primero una fidelidad a las pequeñas.
- Esperar para beber en la mesa cuando otro allá comenzado su vaso.
- Después de una comida, ayudar a recoger y ordenar la cocina.
- Pasar la tarde leyendo en lugar de ver televisión.
- Donar sangre, o algo de tu tiempo a los demás.
- Telefonear o escribir a las personas de las que hace tiempo no recibes noticias.
- Levantarse más temprano.
- Si se deben hacer varias cosas, comenzar por las que nos gustan menos.
- Poner el despertador 5 minutos antes y obligarse a hacer algunos movimientos de gimnasia.
- Hacer los trayectos pequeños a pies, en lugar de tomar la bicicleta (el autobús o el coche).
- Obligarse a aprenderse de memoria algún texto.
- Escribir a un camarada en prisión.
- Dedicar algo de su propio dinero para la militancia.
- Subir por las escaleras en lugar de tomar el ascensor.
- Reconciliar a dos personas después de una disputa.
- Ofrendar con flores u oratoria estatuas y mausoleos.
- Tomarse un tiempo para retirar el polvo sobre un mueble olvidado.
- Devolver lo que se nos prestó en mejor estado que antes.
- Tomarte la molestia de retirar un papel tirado al suelo.
- Visitar a nuestros enfermos y ancianos.
- Dar valor a las cualidades de alguien que acabe de ser criticado.
- Escribir a alguien de la familia que este solo.
- Ser agradecido y respetuoso con las personas encargadas del mantenimiento de un lugar público.
- Complacer a las personas que nos quieren.
- Dar paso a otro en una fila.
- Lanzar un canto en el momento de una actividad agotadora.
- Lograr hacer sonreír a alguien que este fatigado.
- Procurar dar de beber al peregrino que encuentres en el camino.
- Ofrecerse como voluntario cuando nadie de un paso adelante.
- Ofrecer tu tiempo cuando alguien este en apuros.
- Evitar de poner una luz en una habitación vacía.
- Intervenir para proteger a alguien más débil.
- Esperar para beber en la mesa cuando otro allá comenzado su vaso.
- Después de una comida, ayudar a recoger y ordenar la cocina.
- Pasar la tarde leyendo en lugar de ver televisión.
- Donar sangre, o algo de tu tiempo a los demás.
- Telefonear o escribir a las personas de las que hace tiempo no recibes noticias.
- Levantarse más temprano.
- Si se deben hacer varias cosas, comenzar por las que nos gustan menos.
- Poner el despertador 5 minutos antes y obligarse a hacer algunos movimientos de gimnasia.
- Hacer los trayectos pequeños a pies, en lugar de tomar la bicicleta (el autobús o el coche).
- Obligarse a aprenderse de memoria algún texto.
- Escribir a un camarada en prisión.
- Dedicar algo de su propio dinero para la militancia.
- Subir por las escaleras en lugar de tomar el ascensor.
- Reconciliar a dos personas después de una disputa.
- Ofrendar con flores u oratoria estatuas y mausoleos.
- Tomarse un tiempo para retirar el polvo sobre un mueble olvidado.
- Devolver lo que se nos prestó en mejor estado que antes.
- Tomarte la molestia de retirar un papel tirado al suelo.
- Visitar a nuestros enfermos y ancianos.
- Dar valor a las cualidades de alguien que acabe de ser criticado.
- Escribir a alguien de la familia que este solo.
- Ser agradecido y respetuoso con las personas encargadas del mantenimiento de un lugar público.
- Complacer a las personas que nos quieren.
- Dar paso a otro en una fila.
- Lanzar un canto en el momento de una actividad agotadora.
- Lograr hacer sonreír a alguien que este fatigado.
- Procurar dar de beber al peregrino que encuentres en el camino.
- Ofrecerse como voluntario cuando nadie de un paso adelante.
- Ofrecer tu tiempo cuando alguien este en apuros.
- Evitar de poner una luz en una habitación vacía.
- Intervenir para proteger a alguien más débil.
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